Nuevamente la polémica de un entrenador de fútbol que está entre los mejores 8 pagados del mundial, declara que “México está jodido” y que la selección quedará entres el lugar 10 y 15 de la clasificación general.
Y ahí van los medios de comunicación a levantar la voz, ¿“se supone que es un motivador”?; “que si gana no se cuánto dinero”; “que no vive en México”; “qué aún no juega el mundial y ya está buscando trabajo”.
Señores quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Lo único que hace Javier Aguirre, es hablar de una realidad. Una realidad futbolística, la cual, hasta que no inicie el último proceso de la selección nos daremos cuenta si se mantiene o se mejora; yo quiero que mejore por supuesto, yo quiero ver a México campeón del mundo, sin embargo algo pasa todavía en el jugador mexicano que lo hace “chiquito”.
El día que vea anotar a Omar Bravo, al “Kikin” Fonseca, al “Paleta” Esqueda y todos esas estrellitas de plástico producto de la mercadotecnia meter goles como los que se ven en las competiciones internacionales, como la champions (ayer el gol de Seedorf), en donde hacen ver al fútbol tan fácil, en donde un taconazo es un recurso de rutina más que un lucimiento, ese día el fútbol mexicano evolucionará.
La otra declaración de querer dirigir nuevamente en Europa, ¿cuál es el problema?, su contrato termina al finalizar el mundial, dependerá del papel que haga la Selección y de qué tan abierta esté la cartera de la Federación Mexicana de Fútbol para mantenerlo en el puesto.
La otra realidad de la que habló Aguirre: “México está jodido”, México es inseguro, triste pero cierto, no quieran crucificar a un técnico que vale millones de dólares (por lo que gana), y que lo quieran ver caminando tranquilamente por las calles de la Ciudad de México, o de Morelia, o de Ciudad Juárez.
El tema futbolístico, está en manos de nuestros jugadores, el otro tema está en manos de las autoridades, y los mexicanos en general, ¿qué aportamos?
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